martes, 22 de abril de 2014



Domingo 17 de Octubre. De Zubiri a Pamplona


Trás desayunar en el bar de Andrés, los tres peregrinos, Iñigo ( de Donosti), Helena ( de Pamplona) y Karlos ( de Cádiz), enfilaron el camino hacia Pamplona. Nos esperaban 20,4 Km de caminata hasta llegar a nuestro destino.

Hacía un día precioso y aún quedaba alguna nube en los altos de las montañas. El paisaje era fascinante. Una vez más cruzamos grandes praderas de abundante vegetación, a la derecha del Camino, discurría el río Arga, abrazado desde la salida de Zubiri hasta las puertas de Pamplona. A pesar de las cuatro horas de etapa que nos esperaba, el Camino era propicio para disfrutar de un pequeño respiro y disfrutar del hermoso paisaje que se presentaba ante nosotros.

Me sentía muy feliz y cantaba mientras caminaba. En ese momento vino a mi mente la conversación mantenida con la camarera del restaurante de Roncesvalles la noche anterior durante la cena. Me reveló , que Paulo Coelho nunca llegó a hacer el Camino de Santiago al completo tal y como afirmaba en su libro. En realidad había hecho una excursión al lugar y el Camino le sirvió como fuente de inspiración para escribir su libro "El Peregrino de Compostela, Diario de un mago". ( Planeta 2008).

Me sorprendió de la manera en que su libro me había influido para estar ahí, con mi mochila  a mi espalda, dispuesto a recorrer el camino santo , a miles de kilómetros de casa y todo por un libro cuyo autor nunca había sufrido la dureza del Camino. Más tarde , el propietario del bar de Andrés , corroboró esta afirmación ya que Coelho acudía a su bar y sentado durante horas se dedicaba a narrar en una grabadora historias fantásticas del Camino , que nunca llegó a vivir. 
Para mí, fué una gran desilusión descubrir este hecho , me parecía mentira.

De repente , la voz de Helena , me sacó de mi ensimismamiento. Karlos, espera que agarro la cantimplora que se te va a caer de la mochila., la llevas bailando de un lado hacia otro todo el tiempo.
Hablamos y hablamos durante toda la etapa. Conversamos sobre mi vida, mi matrimonio, de los amigos, de mi hijo Javier...
También hablamos de mi padre, de cuánto amó a mi madre, de como desde su enfermedad se había convertido en su fiel compañero. Le expliqué lo mal que mi madre se había portado con él desde el egoismo de su "enfermedad", hablamos de mi compromiso ante mi padre, de como trabajé haciéndome cargo de su negocio alternándolo con mi empleo, de lo poco que dormía, del durísimo proceso de mi separación matrimonial, de la infinita crueldad de mi ex mujer que apenas me dejaba ver a Javier y cuánto me hacía sufrir...
Hablamos de la capacidad de perdonad de un ser humano a alguien tan cercano como puede ser una madre ó más bien de aceptar la responsabilidad de cuidar de ella ante la falta de mi padre, aún siendo incapaz de olvidar lo que hizo con mi padre.
Bueno Helena, mejor dejo de contarte historias para no dormir y te dejo disfrutar del Camino. Ella asintió; se dió cuenta que no quería seguir hablando del tema.

A medida que hablaba, andaba, daba rienda suelta a mis sentimientos, notaba como se abría el alma y el dolor de mis heridas sanaba, muy poco a poco, pero sanaba. Esto es otro milagro del Camino.
Por fín llegamos a un pueblo llamado Villalba, conocido por ser la cuna del famoso ciclista Miguel Indurain y paramos a comer.
Iñigo , el donostiarra,nos confesó durante el almuerzo , su pasión por el cine en blanco y negro además de su admiración por Gary Grant. Entonces, todos comenzamos a hablar de que pelis nos había marcado más en la vida y la verdad.. se nos pasó el almuerzo volando.
A la hora de partir de Villalba, cruzamos las murallas de Pamplona e hicimos entrada por la Puerta de Francia en dirección al Albergue de las Hermanas Adoratrices , lugar dónde pasé la primera noche de mi aventura.

Trás inscribirnos y sellar nuestras credenciales, subimos a los dormitorios a dejar nuestras mochilas, allí conocimos a Ana, una guapísima madrileña que había decidido hacer el Camino sóla. Nos presentamos y nos hicimos una foto de recuerdo.
Helena y yo nos separamos de Iñigo, quién cayó destrozado en la cama trás la dura etapa. Yo me sentía bastante cansado y me dolían los pies , pero había quedado con una familia de Burlada que dias atrás había cononcido en el Hotel dónde yo trabajaba.
Trás la cena, regresé al albergue y entré en la zona de literas para despedirme de Helena. La miré a los ojos  y apretando su mano , le dí las gracias por todo. Gracias por acompañar en este viaje a un completo desconocido y confiar en mí. Jamás te olvidaré, le dije mientras la abrazaba. En ese momento supe que estábamos sellando un lazo de amistad que debía de ser para siempre, por que así lo quiso el destino, se encaprichó en que dos peregrinos que no se conocían de nada se conocieran y decidieran compartir esa experiencia maravillosa por tierra santa.

Trás despedirme de Helena , me retiré a mi litera y me quedé boca arriba sobre mi cama, cerré los ojos  comencé a visualizar la etapa que había recorrido en el día de hoy. Recordé las palabras de San Gozo ( propietario de una de las tabernas del Camino) . El secreto de llegar hasta Santiago de Compostela es vivir el día a día sin pensar en las etapas que te quedan y canta, sobre todo canta, karlos, canta siempre que te encuentres agotado.

Mientras recordaba estas palabras el sueño me invadió y recuerdo que me dormí pronunciando las siguientes palabras. " Helena , que Dios te bendiga"
(CONTINUARA)